La iluminación tiene la capacidad de crear multitud de efectos visuales como por ejemplo proporcionar amplitud a una estancia. La clave está en combinar diferentes tipos de luz y colocarlos en puntos estratégicos. ¿Quieres saber cómo? ¡Sigue leyendo!
Cómo iluminar tu salón
Utiliza fuentes de luz difusas
Una iluminación pobre empequeñece los espacios, por ello emplea una iluminación potente y directa que evite que se creen rincones oscuros y zonas con sombra. Utiliza luz difusa como base de la iluminación general y no entorpezcas la luz artificial ni la natural con muebles voluminosos, cortinas opacas, etc.
Mezcla iluminación cenital y perimetral
La iluminación más recomendable es la perimetral, por ello focos o tubos fluorescentes que eliminen las sombras y ensanchen visualmente la estancia. Si eres de los que apuestan por las lámparas como elemento decorativo, una buena opción sería incorporar una lámpara en suspensión en el centro de la habitación.
Orienta la luz hacia las paredes y muebles
Un exceso de luminosidad es contraproducente, por ello no elijas focos demasiado directos y potentes y opta por una iluminación más difusa.
Crea diferentes ambientes
La combinación de luz general y focalizada crea diferentes ambientes. ¿Cómo hacerlo? Las lámparas de sobremesa proporcionaran protagonismo a rincones de tu salón como un sofá de lectura o una estantería.
Aumenta los puntos de luz
Distribúyelos de forma uniforme para que no se produzcan sombras ni sobreiluminación.
Crea focos de interés
Ilumina parte de tu mobiliario, aportarás sensación de movimiento y amplitud iluminando librerías, mesas y otros muebles pequeños.
Logra profundidad con tiras LED
Se suelen utilizar en zócalos, estanterías, bajo los muebles… aportan sensación de profundidad además de crear ambiente.
La decoración es tu aliada
Elige colores claros, superficies y revestimientos brillantes, espejos colocados estratégicamente… todo ello ayudará a reflejar la claridad.
¿Qué trucos utilizas tú para lograr una mayor amplitud?