Los pequeños reyes de la casa también merecen que su habitación sea su templo y esté diseñada acorde no sólo a sus necesidades de crecimiento, sino también a las de ocio y esparcimiento. No hay mejor manera de que se diviertan, aprendan y adquieran independencia, que pensar en el diseño de su habitación de una forma especial intentando cubrir cada fase del desarrollo del pequeño.
#1. ¿Qué muebles necesitará?
Necesitará desde los muebles básicos como la cama, el armario y el escritorio hasta muebles destinados a diferentes usos que les ayude a diferenciar estancias. Disponer de un sitio para cada cosa le ayudará a crecer entre el hábito del orden.
No es necesario que la habitación sea muy grande pues se pueden aprovechar las diferentes alturas e incluso los arcones de camas y demás muebles que tengan esa posibilidad.
#2. ¿Qué iluminación será la más idónea?
Para crear un ambiente perfecto la iluminación tendrá un papel muy importante en la película ya que, será mucho mejor contar con una lámpara de techo infantil con una bombilla de luz amarilla, para conseguir calidez y una sensación muy agradable.
Sin embargo, para momentos en lo que el pequeño deba fijar la vista para estudiar, hacer manualidades o algún trabajo del cole, será ideal que disponga de una lámpara de mesa con una bombilla de luz blanca que además podrá mover de sitio dependiendo de si la necesita en el escritorio, en el suelo, etc.
Existen multitud de lámparas infantiles cuyo diseño responde a las necesidades de los más pequeños. Podemos encontrar desde lamparas de techo hasta lamparas de mesa o escritorio, pasando por quitamiedos.
#3. Otros elementos importantes a tener en cuenta
Para propiciar el desarrollo de los más pequeños recomendamos no ponerles ni ordenador ni televisor hasta por lo menos sean adolescentes. Lo ideal sería no colocar nunca este tipo de elementos en sus habitaciones pero, hoy en día en que ordenador necesitarán preciso para el colegio o el instituto, no podemos permitir que se queden atrás en este campo.
De todos modos, si en la infancia conseguimos que nuestros hijos adquieran un hábito de lectura y de jugar con las manos antes que con la tecnología, habremos conseguido uno de los mejores objetivos que un padre pudiese desear.